Seguramente cuando pensaba en clase creativa por primera vez, estaba pensando en diseñadores, creadores, ingenieros o científicos. Craso error.
Pensemos en una profesión que dista de estas bastante, como la de camarero. Imagina que estás en tu bar favorito y que te pueden atender dos camareros. El primero, al ver que es la primera vez que estás en el local, te lo pregunta, se interesa por tus gustos, ve si te dejas asesorar y si te apetece te sugiere lo que tienen, te sirve con atención y te hace sentir bien tratado. El segundo, se limita a tomar nota de lo que pides y te sirve con corrección.
Pese a que ambos son camareros del mismo local y seguramente cobran lo mismo, el primero está aportando un gran valor añadido al cliente. El primero aporta un valor adicional, un valor creativo fruto del talento. El segundo, se limita a la realización de su trabajo, formando parte de lo que se conoce como clase reactiva.
La gran clave que aporta Juan Carlos Cubeiro en Clase Creativa es descubrir que todo el mundo puede (si quiere) formar parte de esta clase creativa. El problema, es que entrar a formar parte de esta clase, requiere un esfuerzo adicional y que este esfuerzo colectivo e individual no siempre es valorado a nivel económico ni a nivel personal. Esto hace que las personas no se sientan motivadas con su trabajo y que no quieran dar ese punto generoso y verdadero: su talento.
Adentrándose en el mundo del talento y del concepto clase creativa del profesor Richard Florida, Juan Carlos Cubeiro sitúa nuestro país y nuestras empresas en el mapa creativo global, en el de la creación de líderes. Las ciudades del futuro, serán aquellas en las que se de el caldo de cultivo ideal para la atracción del talento, dándose condicionantes tanto a nivel social, como laboral y de innovación.
¿Está nuestro país y nuestras ciudades atrayendo talento, o todo el talento que tenemos se está fugando a ciudades más atractivas?
Libro muy recomendable de uno de los mejores expertos sobre talento a nivel europeo.
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